Quedó de narices contra el piso y un hilo de sangre le caía por la comisura de los labios hasta formar un pequeño círculo sobre una baldosa. Tenía las manos esposadas en la espalda y la misma capucha que utilizaba para cubrirse de las miradas de sus víctimas, también le sirvió para taparse de los flashes del fotógrafo de LA GACETA.
El delincuente planeó ayer un asalto a un drugstore de avenida Sarmiento, casi Catamarca. Pero le salió mal. A las 12.40, ingresó al local comercial, donde estaba María Cecilia Herrera, de 28 años, hija del propietario.
Cuerpo a cuerpo
La mujer se sorprendió cuando el intruso le arrebató la cartera y, en un veloz movimiento, se dio vuelta para salir corriendo con el botín en la mano. Sin embargo, uno de los empleados le cerró el paso al delincuente. Ambos se trenzaron en un lucha cuerpo a cuerpo en la puerta del drugstore.
En medio del forcejeo, el delincuente efectuó un disparo. La bala impactó en el marco de la puerta principal, sin herir a nadie. En ese momento, pasaba por el lugar un grupo de policías de la Dirección General de Investigaciones y de Robos y Hurtos. El ruido de la bala alertó a medio mundo. Los policías intervinieron de inmediato.
Al ver que la situación se complicaba, el cómplice que esperaba "de campana" subido a la moto y con el motor encendido aceleró a fondo y huyó del lugar. Los ocasionales transeúntes se asustaron por el revuelo que se originó en plena vía pública.
Los policías pasaban de casualidad por esa arteria, debido a que se dispusieron recorridos de prevención en distintos puntos de la ciudad. "Todo el personal está afuera, recorriendo las calles", señaló el comisario José Ardiles, a cargo del flamante Departamento de Investigaciones Judiciales y Científicas.
Los policías esposaron al individuo que estaba tendido en el piso, mientras los curiosos se acercaban para trata de ver quién había sido el autor del asalto frustrado.
El comisario detalló que el delincuente quedó aprehendido en la sede de la Dirección General de Investigaciones, en Junín al 800. Se trata de un joven de 17 años, que tenía en su poder un revólver calibre 22. Anoche buscaban al cómplice, que huyó en la moto.